miércoles, 24 de noviembre de 2010

El comienzo de la vida

Según los cálculos más modernos, la Tierra se formó hace unos 4.500 millones de años y un millón de años después aparecería la vida. En 1924, el bioquímico Alexander Oparin formuló su hipótesis sobre el origen de la vida a partir moléculas inorgánicas que se encontraban en una atmósfera gaseosa, carente de oxígeno y sin capa de ozono que filtrara los rayos ultravioletas.





La energía de descargas eléctricas producidas durante grandes tormentas o la radiación ultravioleta facilitó la unión de las moléculas inorgánicas de la atmósfera primitiva como: dióxido de carbono CO2, metano CH4, hidrógeno H2, nitrógeno N2, ácido clorhídrico HCl, sulfuro de hidrógeno, H2S, amoníaco NH3 y vapor de agua para formar aminoácidos, azúcares, ácidos grasos y nucleótidos . Estas moléculas orgánicas simples a su vez sintetizaron proteínas y ácidos nucleicos. Las lluvias llevaron las moléculas orgánicas a los mares y lagos, donde se concentraron y formaron lo que se denominó una sopa primitiva.


Dentro de esta sopa primitiva pequeñas gotas de material lipídico fueron rodeadas por agrupaciones de moléculas orgánicas. Eventualmente las gotas de lípidos pudieron incorporar a su estructura nuevos materiales de las moléculas orgánicas que las rodeaban, con un proceso simultáneo de liberación de la energía almacenada en las moléculas orgánicas. La repetición de este proceso permitió un crecimiento de las agrupaciones moleculares que al separarse de la solución acuosa formaron coacervados que alcanzaban cierta estabilidad para generar procesos metabólicos simples, crecer y reproducirse formando coacervados hijos que a veces conservaban las propiedades químicas de su progenitor, lo cual prefiguró un rudimento de herencia, que permite hablar de un modelo para el inicio de la vida. 

Oparin estudió la acción de selección natural sobre gotas de coacervados que consiguieron captar del medio los catalizadores adecuados para llevar a cabo procesos metabólicos que aseguraran estabilidad, crecimiento, reproducción y predominio sobre las demás. Estos procesos serían la base para la formación de células ancestrales y posteriormente de organismos más complejos. La comunidad científica de entonces ignoró sus ideas.

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